Un pretexto para innovar en las aulas
Una de las labores que requieren de mucha entrega y vocación de servicios es la de la docencia. El interés por colaborar y acompañar al otro en nuevas experiencias coloca al docente en una situación de guía, compañero y animador. Hoy por hoy el docente requiere utilizar (y sólo para empezar); las tecnologías de la información y la comunicación (tic´s), investigación científico; ambientes para los proceso de aprendizaje; operación en redes de conocimiento y utilización de espacios virtuales.
El docente incesantemente se cuestiona: ¿Qué aprende el que dice que aprende? ¿Lo que aprende cobra significado para construir un conocimiento? ¿Aprende más en el aula, en un simulador interactivo, al aire libre o realizando trabajos en equipo? ¿Los conocimientos son suficientes para proponer, transformar o resolver problemáticas en diferentes ámbitos? ¿La comunicación fue pertinente o innovadora?
Resulta sustancial lo que ocurre y cómo ocurre en la clase. La forma de comunicar, y la innovación de actividades es el gancho para interesar al alumno en nuevas situaciones de aprendizaje. De nada valen, largas exposiciones densas de contenidos complejos, si el alumno a los tres minutos ya está divagando en otros mundos muy lejanos.
Entre las características de los objetos de aprendizaje sobresalen:
Los objetos de aprendizaje se caracterizan por la innovación tecnológica, la experimentación de situaciones, la transformación del conocimiento y la organización de estímulos visuales y auditivos intencionados para propiciar el aprendizaje.
Como agentes de cambio en la formación profesional, es nuestro compromiso y responsabilidad encauzar a las nuevas generaciones hacia los umbrales de la sociedad del conocimiento y alcanzarles la posibilidad de construir un futuro mejor.